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Bentley y Excalibur: 2 perros con distinta suerte y la misma sospecha de Ebola.

21 Nov

Bentley es un perro de raza Cavalier King Charles Spaniel que ha estado 16 días en cuarentena en Texas (U.S.A) ya que su propietaria, la enfermera Nina Pham, contrajo el Ebola tras cuidar de Eric Duncan, que murió de la enfermedad.

Las alarmas se dispararon cuando esta persona llegada a los Estados Unidos  procedente de Liberia fue diagnosticada tardíamente  de Ebola en Dallas estando ya gravemente enferma: había dado tiempo a que, debido a que ya presentaba síntomas, hubiese estado en contacto con muchas personas.

Duncan murió el 8 de Octubre y el 11 de Octubre, Nina Pham presentó fiebre y fue al hospital. Fue diagnosticada de Ebola y aislada para su tratamiento.

Nina vivía en un apartamento con Bentley, su Cavalier King Charles de un año y medio.

Al conocerse la noticia, la suerte de Bentley fue objeto de gran atención pública ya que unos días antes, un tribunal de España había ordenado la eutanasia de un perro perteneciente a una paciente de Ebola. A pesar de las protestas a nivel mundial y de que no se demostró que el perro, llamado Excalibur, estuviera infectado, fue eutanasiado.

La dueña de Excalibur se recuperó y reclama 150.000 euros en compensación por ello.

Las autoridades de Dallas no tenían ni las personas adecuadas ni los recursos necesarios para el aislamiento y cuidados que requería Bentley. Sin embargo, en la Universidad de Texas sí habían veterinarios que podían ayudar y querían hacerlo.

La primera en ofrecerse fue la Dra. Tammy Beckham, directora del Instituto para las enfermedades infecciosas animales. Se daba la circunstancia de que había trabajado en Ebola en colaboración con el Instituto de Investigación Médica de la armada estadounidense. Sus principales colaboradores en el Veterinary Emergency Team (VET) , la Dra. Deb Zoran y el Dr. Wesley Bisset, también se ofrecieron a cuidar de Bentley.

Al no haber instalaciones en la Universidad que permitieran llevar a cabo la cuarentena de Bentley, se utilizaron las instalaciones de un antiguo aeropuerto militar, concretamente una de las casas que habían habitado personas que trabajaron en el aeropuerto.

Bisset y Zoran, y su equipo de 38 personas, están entrenados en una variedad de situaciones de emergencia, como desastres naturales, accidentes industriales o búsqueda de personas desaparecidas. Desde que se constituyó en el 2009, han respondido a una docena de incidentes, aunque ninguno de la magnitud del Ebola.

Uno de los puntos fuertes de este equipo es su experiencia en trabajar con agentes patógenos letales: saben cómo manejar y utilizar el equipamiento protector personal. Zoran dice que requiere práctica y trabajo en equipo: » Es fácil cometer un error. Si no eres extremadamente cuidadoso cada vez que te pones y te quitas este equipamiento, es fácil saltarse un paso, contaminar una superficie, y entonces lo que estaba en tu ropa de trabajo pasa a estar en tí.»

Otra ventaja del VET es el número de personas disponibles. Cuando se lleva el equipamiento especial, es mejor trabajar por parejas y así tu compañero/a vigila que te pongas y te quites correctamente el equipo y acude en tu ayuda si tienes un problema en la llamada «zona caliente».

¿Qué se sabe actualmente del Ebola en perros?

Hasta el momento, no está demostrado que los perros desarrollen Ebola, ni que lo transmitan.

Sí que está demostrada la presencia de anticuerpos en la sangre de perros a partir de un brote que tuvo lugar en Gabón en 2001 y 2002.

Los expertos en salud pública veterinaria opinan en general que el potencial de transmisión de Ebola por los perros es muy bajo. De todos modos, si se trabaja con un animal que ha podido tener contacto con el virus, tenemos que considerar la peor opción y actuar de acuerdo con ello, con las máximas precauciones.

En el caso de Bentley, se sabía que era improbable que hubiera estado expuesto a fluidos como vómitos o heces de su dueña ya que ésta acudió al hospital tan pronto como desarrolló fiebre.

¿Qué ocurrió durante la cuarentena de Bentley?

Por suerte, el extraordinario carácter de Bentley facilitó mucho el duro trabajo.

Tardó unos días en defecar, pues al estar en un lugar cerrado, no quería ensuciar dentro…

Recibió muchos premios de comida, pero no le fueron dados a comer por el riesgo de que cualquier cambio en la dieta puede desencadenar problemas gástricos o intestinales y hubieran podido  dar a pensar en síntomas de Ebola.

También era estresante tomarle la temperatura 3 veces al día, pensando en que si subiera podría ser un primer síntoma de Ebola.

Para que Bentley no se aburriera y sus intestinos se movieran, los cuidadores jugaban con él a pelota 2 veces al dia.

El Dr. Deb Zoran jugaba a pelota  2 veces al día con Bentley durante la cuarentena.

Bentley desarrolló un vínculo con sus cuidadores, y al cabo de unos días  ladraba cuando se ausentaban.

Deb Zoran junto a Bentley (una vez terminada la cuarentena).
Photo by Larry Wadsworth, Texas A&M University

Zoran and Bentley desarrollaron un vínculo durante la cuarentena. En un momento dado, cuando Zoran se ausentó para atender a dignatarios que le vinieron a visitar, permaneció ladrando  en la puerta hasta que ella volvió.

Otro de los motivos de preocupación era que si en algún momento la sangre, la orina o las heces de Bentley hubiesen dado positivo para el virus, el plan más probable hubiese sido la eutanasia. Si ello hubiese ocurrido, los veterinarios hubiesen defendido mantenerle en un lugar biológicamente seguro y estudiar cómo se manifestaba el virus en el perro, un tema del que se conoce muy poco.

Los veterinarios también se preocupaban cuando medían su propia temperatura 2 veces al día…

Los momentos más peligrosos eran cuando realizaban las extracciones de sangre a Bentley: a pesar de hacerlo entre 2 personas y sujetarlo bien, y llevar 2 guantes superpuestos en cada mano, había el riesgo de que un movimiento brusco de Bentley pudiera hacer que se pincharan con la aguja. Por suerte, Bentley se portó muy bien y estaba muy quieto durante las extracciones de sangre.

De tanto usar lejía para desinfectar los equipos, los veterinarios llegaron a pensar en el riesgo de usar tanta lejía…

A continuación podéis ver este vídeo que muestra la cuarentena de Bentley:

El momento en que Tammy lleva en brazos a Bentley al finalizar la cuarentena (la vestimenta es contra el frío, no para evitar la infección).

Nina Pham, Tammy Beckamm y Deb Zoran con Bentley tras la curación de Nina.

A continuación podéis ver este vídeo que muestra el reencuentro de Bentley y su dueña Nina curada de Ebola:

¿Qué faltó hacer durante esta cuarentena?

Esta experiencia no ha permitido saber si los perros desarrollan la enfermedad o pueden transmitir el virus.

La ausencia de virus en la sangre, las heces y la orina de Bentley no se sabe si es debida a que no estuvo expuesto al virus ya que su dueña acudió al hospital en cuanto detectó que tenía fiebre, o a que su sistema inmunitario eliminó la infección.

Sorprendemente, no se analizó si Bentley tenía anticuerpos frente al virus.

Consecuencias de la situación de Bentley:

Aunque los veterinarios del equipo  que atendió a Bentley están muy satisfechos del trabajo realizado y la sociedad muy agradecida por su actitud, la American Veterinary Medical Association (AVMA) ha manifestado que si se diera el caso de que un perro diera positivo para el virus Ebola en sangre, orina y heces, debería eutanasiarse.

Esto impediría estudiar si desarrolla la enfermedad, cómo, etc…

Se recomienda en un futuro que si una persona está siendo vigilada para Ebola sus animales de compañía sean temporalmente separados de ella para evitar su exposición al virus y para evitar la cuarentena que padeció Bentley. 

Espero que os guste y os sea útil, y en honor de Excalibur que hubiera necesitado de una actitud como ésta.

David Prandi Chevalier