Hola! Os presento a Mister, un gato de 16 años que vinó a visitarse por pérdida de apetito,y de peso y después de realizarle un chequeo le detectamos un hipertiroidismo.
¿Qué es el hipertiroidismo?
El hipertiroidismo es una alteración común en gatos viejos. Es una enfermedad causada por un aumento en los hormonas tiroideas, producidas por una glándula situada en el cuello.
Las hormonas tiroideas tienen un papel importante como índice de control de procesos metabólicos y por tanto en el nivel de actividad general, por lo que los gatos con hipertiroidismo tienden a quemar la energía muy rápido y es típico observar una pérdida de peso a pesar del aumento de apetito ( en algunos casos se produce un fenómeno de anorexia).
En la mayoría de los casos, el aumento de la producción de hormona tiroidea es debido a tumores benignos (no cancerosos) en la glándula.
¿Qué signos clínicos produce?
El hipertiroidismo se observa de forma muy mayoritaria en gatos de edad media –avanzada, y es raro observarlo en gatos de menos de 7 años. Gatos machos o hembras están afectados con la misma frecuencia y tampoco hay estudios que evidencien mayor predisposición al padecimiento de hipertiroidismo por razas. Eso sí, hay algunas evidencias que muestran que es menos común en gatos siameses.
Mister, muy delgado a pesar de tener buen apetito.
Los gatos afectados por hipertiroidismo normalmente muestran un amplio cuadro de signos clínicos, que es muy suave al principio, pero posteriormente se vuelve más severo a medida que va progresando la enfermedad. También, como esta enfermedad ocurre principalmente en gatos mayores, algunos gatos afectados tienen otras enfermedades concomitantes que complican e incluso enmascaran algunos de los signos clínicos.
Los signos clásicos del hipertiroidismo son pérdida de peso, normalmente a pesar de un aumento en el apetito (polifagia), aumento en la sed (polidipsia), aumento en la irritabilidad, inquietud e incluso hiperactividad. Muchos de los gatos afectados tienen taquicardia (alta frecuencia de latidos por minuto) y un pelo descuidado. También es bastante común la presencia de diarrea de leve a moderada y /o vómitos. Algunos gatos afectados son notablemente intolerantes al calor y buscan sitios templados para acostarse, y algunos (especialmente los casos avanzados) pueden jadear cuando están estresados. Muchos de los gatos hipertiroideos pueden mostrar algún grado de polifagia (excesivo apetito) e inquietud, pero en algunos casos avanzados pueden mostrar debilidad generalizada, letargia y pérdida de apetito y los signos son menos característicos.
El efecto de las hormonas tirodieas puede tener efectos secundarios dañinos sobre otros órganos:
El efecto de las hormonas tiroideas sobre el corazón consiste en la estimulación de la frecuencia cardiaca (mayor número de latidos por minuto) y contracción más fuerte del músculo cardiaco. A medida que la enfermedad progresa el músculo de la cámara cardiaca más grande (ventrículo izquierdo) se agranda y se hace más grueso – lo que se conoce como hipertrofia del ventrículo izquierdo. Si estos cambios no son tratados y controlados, pueden provocar compromisos en la función normal del corazón e incluso puede dar como resultado un fallo cardiaco. Esto significa que en algunos gatos con hipertiroidismo, será necesario un tratamiento adicional para controlar los efectos secundarios de éste sobre el corazón. Sin embargo, una vez que el hipertiroidismo subyacente ha sido controlado, los cambios cardíacos normalmente mejoran, e incluso se resuelven completamente.
Hipertensión (aumento en la presión de la sangre) es otra complicación potencial y puede causar daños adicionales a varios órganos incluyendo los ojos, riñones, corazón y cerebro. Si la hipertensión es hallada conjuntamente con el hipertiroidismo, serán necesarios medicamentos para controlar la presión sanguínea con el fin de reducir los daños a otros órganos. Como en el caso de la enfermedad cardiaca, tras un tratamiento con éxito del hipertiroidismo, la hipertensión puede resolverse y por tanto no ser necesaria una terapia de por vida.
Es muy importante el control de la presión arterial en animales con sospecha de hipertiroidismo.
La enfermedad en los riñones (fallo renal crónico) no está provocada por un efecto directo del hipertiroidismo, pero ambas enfermedades a menudo ocurren al mismo tiempo porque las dos son comunes en gatos mayores. Hay que tener mucho cuidado si ambas enfermedades son concomitantes, ya que el hipertiroidismo tiende a aumentar el flujo de sangre hacia los riñones, en ocasiones mejorando su función. De esta manera los análisis de sangre tomados para monitorizar la función renal en un gato hipertiroideo pueden mostrar unos cambios leves o normales, pero puede haber un fallo renal más severo enmascarado por el hipertiroidismo. Por esta razón, sin tener en cuenta el tratamiento elegido para el manejo a largo plazo del hipertiroidismo, es usual el recomendar empezar un tratamiento médico (pastillas) y monitorizar la respuesta con varias medidas de presión sanguínea y análisis de orina para valorar la función tiroidea y renal. Ocasionalmente, un tratamiento exitoso de los valores tiroideos desemboca en un decline dramático de la función renal. Si esto se detecta sería necesario reducir la dosis de la medicación antitiroidea aunque el hipertiroidismo no esté completamente controlado para evitar que la función renal no se vea demasiado comprometida.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se confirma tras el análisis de las hormonas tiroideas. Todo lo que se requiere para diagnosticar esta enfermedad es un análisis de sangre que determina la concentración de tiroxina (T4), y está normalmente elevado en los casos clínicos positivos. Otras pruebas laboratoriales pueden ser anormales, por ejemplo las enzimas del hígado también se encuentran elevadas de forma secundaria al hipertiroidismo, y también se requiere un chequeo rutinario de sangre y orina para descartar cualquier otra enfermedad concurrente.
¿Existe tratamiento para el hipertiroidismo?
Sí, existe tratamiento.
Tenemos tres grandes opciones de tratamiento: medicación oral, tiroidectomía o iodo radioactivo.
1- Medicación oral ( terapia más utilizada).
Los fármacos antitiroideos están disponibles en pastillas. Actúan reduciendo la producción y liberación de hormona tiroidea desde la glándula tiroidea. Esto no provoca una curación de la enfermedad pero si permite un control de esta.
2. Resección quirúrgica:
La resección quirúrgica del tejido tiroideo afectado (tiroidectomía) puede producir una cura permanente y es un tratamiento común para muchos gatos hipertiroideos. En general es un procedimiento muy exitoso y es probable producir una cura a largo plazo o una cura permanente en la mayoría de los gatos. Sin embargo, incluso después de la realización con éxito de una cirugía, se pueden volver a desarrollar de forma ocasional síntomas de hipertiroidismo. Esto ocurre transcurrido un tiempo si un tejido tiroideo que previamente no estaba afectado y no fue reseccionado desarrolla la enfermedad.
3. Iodo radioactivo.
El yodo radiactivo (I131) puede ser utilizado también para proporcionar una cura efectiva y segura para el hipertiroidismo. Como ocurría con la tiroidectomía, tiene la ventaja de que en la mayoría de los casos es un tratamiento curativo y no requiere un mantenimiento con fármacos.
El yodo radiactivo es administrado como una inyección subcutánea- El yodo posteriormente es captado por el tejido tiroideo activo (anormal), pero no por otros tejidos corporales. Esto permite una acumulación selectiva local del material radioactivo en los tejidos anormales. La radiación destruye el tejido tiroideo anormal, pero no daña el tejido circundante o las glándulas paratiroides.
Las ventajas del tratamiento con yodo radiactivo son que es curativo, no tiene efectos secundarios de importancia, no requiere una anestesia general y trata todo el tejido tiroideo afectado independientemente de su localización. No obstante, requiere el manejo e inyección de material radiactivo. Esto no supone ningún riesgo para el paciente, pero es necesario que las personas que entran en contacto directo con el gato tomen algunas medidas de precaución. Por este motivo este tratamiento solamente puede ser realizado por instalaciones con licencia especial y el gato tratado debe permanecer hospitalizado hasta que la radiactividad haya descendido a niveles aceptables. Normalmente el gato debe permanecer hospitalizado entre 3 y 6 semanas (dependiendo de la institución) una vez realizado el tratamiento. En la mayoría de gatos los niveles de hormonas tiroideas han vuelto a la normalidad en 3 semanas, aunque en algunos casos se necesita un poco más de tiempo.
Una sola inyección de yodo radiactivo es curativa en un 95% de las ocasiones, y en aquellos pocos gatos hipertiroideos donde la enfermedad persiste se puede realizar un segundo tratamiento. Ocasionalmente tras la inyección con yodo radiactivo se produce una reducción de los niveles de hormonas tiroideas por debajo de la normalidad (hipotiroidismo) y si va acompañado de síntomas clínicos (letargia, obesidad, mal aspecto del pelo) es necesario administrar un suplemento de hormona tiroidea (mediante tabletas).
Fuente: http://www.fabcats.org/gemfe/.
Iris Pérez
Clínica Veterinaria Betulia.
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