¡Hola!
Hace unas semanas un señor nos trajo a la clínica en gatito de unos 10 días de edad que se había encontrado en un parque de nuestro mismo barrio. Rápidamente nos pusimos en contacto con una de las protectoras que se encargan de encontrar adoptantes para animales sin dueño.
En esta época las protectoras estan saturadas de cachorritos, ya que en primavera se produce la cría y hay muchas gatas que viven en la calle y no se han podido esterilizar, y también hay propietarios que cuando sus gatas crían dejan a los animales en cajas o bolsas en la calle a su suerte. Por eso motivo decidí tenerlo temporalmente en casa para poder alimentarlo con biberón hasta que fuera lo suficientemente grande e independiente para ser adoptado.
Ahora el gatito tiene ya 5 semanas de edad, y pronto se irá a vivir con la familia que esta interesada en adoptarlo.
Como es posible que alguno de vosotros adopte algún gatito pequeño o que seáis casa de acogida de alguno, os facilito un artículo sobre el comportamiento en gatitos que he leído en GEMFE y os puede interesar (http://www.isfm-national-partners.net/gemfe/articulos/cachorros.html):
Comportamiento en cachorros y gatitos jovenes
La mayoría de los gatos que llegan a la consulta del especialista en problemas de conducta suele tener una media de dos años, aunque el origen de los problemas se remonta con mucha frecuencia a su etapa de cachorros. Es en las primeras semanas de vida del gatito en las que se establecen los cimientos emocionales y conductuales de su futuro. Resulta indispensable entender las implicaciones de este hecho para garantizarle el mejor comienzo posible en la vida, tanto física como psicológicamente.
Desarrollo físico
0 a 2 semanas
Las respuestas de los gatitos quedan limitadas a estímulos termales, táctiles y olfativos. Permanecen relativamente inmóviles aunque pueden manifestar un lento movimiento de braceo que les permite moverse en distancias muy cortas. Durante este tiempo y hasta las tres primeras semanas de vida los gatitos son totalmente dependientes de la leche materna para su nutrición y es la madre la que cubre completamente todos y cada uno de sus cuidados. Abrirán los ojos en cualquier momento entre los dos y dieciséis primeros días, aunque lo normal será que lo hagan entre el sexto y décimo. Aproximadamente a las dos semanas de edad empezarán a aparecer los dientes.
3 a 4 semanas
La visión empieza a cobrar protagonismo, permitiendo el movimiento de los gatitos hacia su madre. En la tercera semana empiezan a caminar rudimentariamente lo que, allá por la cuarta semana, les permite desplazarse a distancias prudenciales del nido. En la cuarta semana, igualmente, ya pueden reaccionar con todo su organismo. En ese mismo momento empieza a aparecer la capacidad de enderezar correctamente su cuerpo en plena caída, que se habrá desarrollado del todo en la sexta semana. En condiciones de libertad, la madre empieza a traer presas vivas a sus gatitos a partir de la cuarta semana después del parto. Y es también a las cuatro semanas la edad a la que, generalmente, empiezan a ingerir comida sólida, marcando así el cambio al periodo de destete
5 a 6 semanas
Con cinco semanas los gatitos ya muestran breves episodios de correteo y con seis ya empiezan a hacer uso de todos los movimientos que se encuentran en la locomoción de los adultos. Con cinco meses de vida los gatitos pueden empezar a matar ratones. Conforme va progresando el destete, los gatitos van siendo cada vez más los responsables de que todavía existan “ataques” de amamantamiento.
A esa misma edad han desarrollado la eliminación voluntaria y los gatitos ya no dependen de que su madre les lama el perineo para estimular la micción.
7 a 8 semanas
Los gatitos empiezan a mostrar maneras de gato adulto en sus respuestas a los estímulos sociales amenazantes, tanto visuales como olfativos. El destete queda sobradamente completado a las siete semanas de su nacimiento. Y es en ese mismo momento cuando adquieren la habilidad de termo regularse del mismo modo que un ejemplar adulto.
Otras habilidades motoras más complejas, como pasear a lo largo de una valla estrecha y girar sobre ella, no acaban de desarrollarse del todo hasta las diez u once semanas de vida. La agudeza visual sigue mejorando entre las semanas once a dieciséis. La madurez sexual puede darse a partir de los seis meses de edad (e incluso antes) y la madurez social (gato adulto) en cualquier momento a partir de los dieciocho meses y hasta los cuatro años de edad.
Desarrollo del comportamiento
Mientras se están produciendo todos estos cambios físicos también están recibiendo lecciones emocionales y de comportamiento. El desarrollo del comportamiento depende tanto de la genética como de las influencias del entorno. De hecho, resulta imposible separar la primera de las segundas dado que todas las pautas de comportamiento requieren tanto de los genes como del entorno para poder desarrollarse. Los genes “programan” al individuo con determinadas pautas instintivas de comportamiento frente a algunas circunstancias. Después serán las experiencias vitales de cada individuo las que determinen la forma y el grado en el que se expresará esa pauta de comportamiento. Existe con frecuencia una enorme diferencia de sociabilidad y de comportamiento entre individuos de una misma camada que tan sólo puede explicarse por una diferencia en su programación genética, puesto que las influencias del entorno son igualmente nuevas y relativamente constantes para todos y cada uno de los gatitos.
Influencias en el desarrollo del comportamiento
El periodo sensible
El periodo sensible es una franja de edad en la cual es muy probable que determinados acontecimientos tengan efecto a largo plazo en la personalidad del individuo. En los gatos dicha franja abarca desde las dos a las siete primeras semanas de edad. Las relaciones sociales que el gatito asimilará como familiares se forman en esta etapa, y es en este momento cuando los humanos y otras especies pueden incorporarse a dicho grupo social con objeto de que también reciban el afecto correspondiente.
Este periodo sensible ha sido objeto de muchas investigaciones, así como la cantidad y el tipo de contacto físico requeridos para poder ofrecer a los gatitos un óptimo comienzo. La conclusión de la gran mayoría, por no decir de todos los estudios, es que el hecho de que personas diferentes los manejen durante este periodo tenderá a incrementar su sociabilidad hacia los humanos. Una exposición positiva a determinados elementos del entorno como el ruido, los niños, los perros e incluso los viajes en coche así como el brindarles la oportunidad de explorar diferentes áreas equipará mucho mejor a los gatitos para afrontar su vida en el futuro.
Sin embargo, esto no significa que un individuo privado de tan importante socialización nunca vaya a ser amistoso ni consiga adaptarse a la vida doméstica. Con una adecuada huella genética, las pautas de comportamiento no aprendidas pueden modificarse con el aprendizaje y otros tipos de experiencias posteriores en su desarrollo.
Aprendizaje por observación
Los gatos jóvenes también aprenden muchísimas cosas de sus madres. Los gatos son excelentes aprendices por observación, lo que se traduce en que son capaces de aprender nuevos comportamientos observando las experiencias de sus congéneres.
Nutrición
Existen numerosas formas de influir sobre el comportamiento y la nutrición, por ejemplo, juega un importante papel. Resulta incuestionable que las madres desnutridas traen al mundo gatitos con anomalías conductuales y un desarrollo retardado, lo que incluye pocas habilidades de aprendizaje, comportamientos antisociales hacia otros gatos así como unos niveles anormales de excitación que se traducen en miedo y agresividad. Algunas de estas características pueden ser heredadas por la siguiente generación.
Castración
La castración de los gatos de ambos sexos cerca de la pubertad o en la misma pubertad tiene una profunda influencia en su comportamiento futuro. Creemos que una castración temprana del macho en esos momentos incrementará, y mucho, la posibilidad de tener una mascota cariñosa que no desarrollará la agresiva territorialidad propia de un macho adulto entero.
Cuidados intensivos
Los cuidados intensivos dispensados durante una enfermedad pueden ser increíblemente efectivos en el incremento de la sociabilidad y la dependencia en gatos previamente independientes.
Gatitos criados con biberón
La crianza a biberón de un gatito puede ser un reto, dado que con frecuencia se pone más énfasis en las necesidades físicas y nutricionales del gatito y no se tienen tan en cuenta su desarrollo emocional y conductual. Los gatos adultos que fueron criados a biberón por los humanos parecen presentar una mayor incidencia de agresividad. Peter Neville ha investigado dicho problema y sugiere que estos resultados responden a un destete incorrecto, en el que los humanos no han sido capaces de reproducir el comportamiento natural de la madre que frustra a sus gatitos castigando comportamientos anteriormente premiados al acercarse estos a comer. La necesidad de enfrentar las adversidades y el concepto de que la vida puede llegar a ser frustrante resulta imprescindible para su futura supervivencia.
Juego
La experiencia social con el resto de la camada también parece jugar un papel importante en el desarrollo de futuras pautas sociales. Los gatitos que no lo han experimentado pueden llegar a formar lazos sociales, aunque por lo general son más lentos en el aprendizaje de estas pautas sociales que los gatitos educados con normalidad. Los gatitos solitarios tampoco aprenden a inhibir los mordiscos durante el comportamiento de juego, debido a que usan para el mismo las manos del dueño en lugar de sus propios hermanos. Es casi seguro que una persona no podrá llegar a enseñar cuáles son los niveles adecuados de fuerza física de la misma forma que lo haría otro gatito.
El juego social se hace patente hacia las cuatro semanas de edad y sigue aumentando al máximo hasta las doce o catorce semanas que es cuando empieza su declive. A veces, los juegos de lucha pueden desembocar en serios incidentes, especialmente hacia los tres meses de edad. El interés por jugar con objetos suele aparecer cuando la madre empieza a dejarles presas vivas en el nido y los gatitos empiezan a ganar coordinación entre su vista y sus extremidades, lo que les capacita para hacerse con objetos pequeños y móviles entre la séptima y octava semana de vida.
El juego social consiste en imitar comportamientos sociales y predadores. Sin embargo, no hay evidencia alguna que demuestre que el juego contribuya a garantizar un exitoso comportamiento predador en la edad adulta.
Dicho comportamiento parece más bien influenciado por la observación del comportamiento de la madre, por su experiencia con las presas en su etapa de cachorro y posiblemente por la competencia por la presa con el resto de la camada. A pesar de estas influencias tempranas, la mayoría de los gatos se convierten en cazadores competentes aunque con determinadas preferencias por distintos tipos de presa.
Personalidad
Sería complicado debatir sobre el desarrollo conductual sin tener en cuenta la personalidad. Aunque existe una cierta capacidad básica de respuesta social hacia los humanos, los gatos adultos y los gatitos muestran una considerable variación a título individual en cuanto a su simpatía hacia los humanos, tanto a los de la familia como a los desconocidos, e incluso entre gatitos de una misma camada pueden darse diferencias notables. Uno podrá ser tímido y retraído, otro confiado y se pondrá a explorar la habitación, mientras que un tercero buscará la compañía de los humanos. Las diferentes respuestas a los diversos estímulos sociales y del entorno son las que otorgan a cada gato su personalidad única.
Existen numerosas formas de clasificar el carácter y la personalidad aunque hay dos modelos básicos: excitable/reactivo o lento/tranquilo. Se cree que las causas de las variaciones de excitabilidad y timidez son causadas por diferencias genéticas, como la cantidad de adrenalina liberada al enfrentarse a un reto. Algunas razas se caracterizan por determinado temperamento; los Siameses, por ejemplo, se consideran sociables, afectivos, sensibles y vocalizadores, los Birmanos son dominantes y extrovertidos, los Persas son plácidos. Estas diferencias indican que existe una base heredada.
Elisabet Villanego