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Garfield, un gato con un problema intestinal.

3 May

Garfield es un gato europeo de 6 años que desde hace varios meses tiene vómitos ,diarreas y está un poco delgadito.

El otro día lo visitamos porqué desde hacía unos día el cuadro de diarrea y vómitos habían empeorado y además no quería comer.

Al explorar a Garfield notamos que sus intestinos estaban agrandados y que tenía una estructura dura en abdomen. Realizamos un chequeo completo dónde no detectamos ninguna anormalidad y realizamos una eco de abdomen.

En la eografía de abdomen vimos varias estructuras duras y firmes en la zona de los linfonodos o ganglios mesenéricos, que son los ganglios que hay en el abdomen. Mediante punción guiada por ecografía cogimos una muestra para citología y efectivamente se trataba de ganglios mesentéricos.

¿Qué le ocurre a Garfield?

Para saber exactamente lo qué le ocurría a Garfield decidimos realizar una laparotomía exploratoria.

Una laparotomía exploratoria es una cirugía que consiste en abrir el abdomen para ver como estan sus estructuras y, en el caso de detectar algo anormal, poder coger un fragmento de tejido (biopsia) y enviarlo a un laboratorio de anatomía patológica para que realizen un estudio de este tejido.

Garfield, ya anestesiado para la cirugía.

Garfield, muy delgado, anestesiado.

Como podréis ver en las imganenes los linfonodos de Garfield estaban muy aumentados de tamaño y los intestinos también tenían un grosor superior al normal.

Intestinos y linfonodo mesentérico muy engrosado.

Sutura de intestino delgado tras coger una muestra para biopsia.

Intestinos engrosados y más linfonodos muy engrandados.

Coguimos muestras de páncreas, intestino, linfonodo y ahora hemos de esperar los resultados.

La cicatriz de la laparotomía no es demasiado grande y en pocos días el tejido ya ha cicatrizado.

Muestras para biopsia.

Garfield, despertándos de la cirugía.

Cuando tenga los resultados de la biopsia ya os informaré!

Iris Pérez.

La evolución de la IBD de Rosita

18 May

Hola a todos! Hoy os quiero poner al día del diagnóstico y la evolución de Rosita.

Rosita era una gata a la que le realizamos una laparotomía exploratoria porque perdía peso y comía mucho y se le palpo una masa abdominal.

Como ya os dije el día que le hicimos la laparotomía exploratoria a Rosita vimos que la masa era un ganglio linfático mestentérico.

Tomamos muestras de hígado, intestino delgado, intestino grueso, ganglio linfático y páncreas y el resultado histopatológico nos dijo que tenía una enteritis linfoplasmocítica.

La enteritis linfoplasmocítica es una enfermedad inflamatoria intestinal que, por extrapolación con lo que ocurre en medicina humana, se cree que está producida por una respuesta inmunitaria exagerada a antígenos luminales, es decir, el sistema defensivo del cuerpo ataca exageradamente a componentes presentes en la dieta causando una inflamación en el intestino.

Estructura de los intestinos felinos. La IBD es una inflamación de la mucosa intestinal.
Imagen de: http://www.livingart.org.uk.

¿Cuales son los síntomas de esta enfermedad?

Los síntomas pueden ser muy variados pero los principales son vómitos y perdida de peso con buen apetito. La presencia de diarrea, conducta de pica, dolor abdominal también pueden aparecer.

Gato vomitando, signo típico de IBD.
Imagen de: http://www.forocoches.com.

¿Cómo se diagnostica?

Si por la sintomatologia clínica sospechamos de una IBD lo primero que hemos de hacer es un chequeo general completo con evaluación de los folatos y la cobalamina (pueden salir o no alterados) y hacer una ecografía abdominal para poder descartar otras enfermedades que cursen con síntomas parecidos. Si después de realizar todas estas pruebas sospechamos de esta enfermedad necesitamos tomar biopsias intestinales para confirmar el diagnóstico.

Imagen ecográfica de una asa intestinal engrosada, muy sugestivo de IBD.
Imagen de http://veterinarycalendar.dvm360.com/avhc/content/printContentPopup.jsp?id=563761.

Las biopsias se pueden tomar de 2 maneras:

– Mediante laparotomía exploratoria: nos permite coger muestras completas de intestino, estómago, páncreas, linfonodos, hígado…Requiere anestesia total del animal y una cicatriz posterior.

-Mediante endoscopia: se utiliza un fiborendoscopio que es un tubo flexible con una cámara que, una vez introducido vía oral o rectal (dependiendo de que tramo de intestino queramos ver) permite cojer muestras mediante unas pinzas. Requeire anestesia del animal pero es menos invasivo que la laparotomía exploratoria. La  desventaja es que solo podemos coger muestra de mucosa intestinal.

Endoscopio flexible.
Imagen de: http://medtempus.com/

¿Tiene tratamiento?

Sí, el tratamiento es crónico y requiere controles periódicos.

Se basa principalmente en:

– cambio de la proteína de la dieta para disminuir así los alergenos imtestinales que causan inflamación.

– terapia inmunosupresora: con corticoides o otros fármacos.

– control del sobrecrecimento de bacterias intestinales que pueden provocar déficits vitamínicos.

En el caso de Rosita hemos empezado un tratamiento con dieta específica y corticoides.

Solo lleva un mes con tratamiento y ha engordado 300 gramos. Está mucho más animada, come bien y el tamaño de los ganglios mesentéricos ha disminuido.

Iris Pérez.

La lucha de MIRRA

10 Feb

Quiero presentaros a Mirra, una simpática Cocker Spaniel de 11 años.  Mirra acudió a la consulta por que Marta, su propietaria, le detectó un bulto debajo de la boca.

Después de diversas pruebas y analítica del bulto, diagnosticamos un linfoma.  Se trata de un cáncer maligno en los ganglios linfáticos.

Mirra se encuentra muy bien, pero sus propietarios están muy preocupados y quieren hacer todo lo posible por su perrita.

Hemos decidido realizar tratamiento con quimioterapia para alargar todo lo posible la vida y,  lo que es mas importante, con buena calidad.

El linfoma es uno de los cánceres malignos mas frecuentes en el perro.  Sin tratamiento la supervivencia es muy corta, sin embargo, con tratamiento se pueden llegar a supervivencias largas e incluso (en algunos casos) la curación total.

Los tratamientos quimioterápicos en el perro y gato no producen tantos efectos adversos como en personas.

Pedro Carracedo

Mirra: ¡¡¡¡¡¡¡Iréis teniendo noticias mías!!!!!!